viernes, 2 de febrero de 2007

Farías: “Girardi tiene un liderazgo en extinción”

La Nación
02.02.2007

Rodrigo Durán

Desenfadado, el diputado Ramón Farías (PPD) -quien esta semana es el presidente subrogante de la tienda- refuta la formula que propuso la semana pasada René Jofré, a través de la cual éste recomendó adelantar las elecciones internas para el segundo semestre de 2007 y así enfrentar con nuevos bríos la próxima negociación municipal. De paso, reconoce la gravedad de la crisis interna y el daño a la imagen del partido, por lo que agradece el gesto de los diputados Laura Soto y Rodrigo González de suspender su militancia.

-Hay dirigentes del partido que han sugerido cambiar la mesa para que se representen todas las sensibilidades internas. ¿Aceptaría adelantar elecciones internas y formar una nueva directiva?

-El tema se ha conversado, pero no vamos a permitir que se pase por encima de la institucionalidad. El PPD se nos va al tacho de la basura si tratamos de componer, por la vía de un acuerdo tránsfuga, una mesa distinta a la que existe. Les guste o no a algunos, la mesa actual es voluntad de los militantes. Y si no están ni Eyzaguirre, ni Jofré, ni Insunza, es porque ellos no postularon. Antes se armaban las famosas directivas de consenso, que al final no eran “ni fú ni fá”. Ellas son parcialmente responsables del caos que hemos vivido durante todo el año pasado, donde tenemos gente que dice: “soy PPD, funciono como PPD” y se pone una capucha en la cara.

Respeto a institucionalidad

-¿No está dispuesto a dejar la directiva bajo una fórmula pactada?

-No. Eso significaría un quiebre potente. Si Sergio (Bitar) llegara a desdecirse y no respetara la institucionalidad, se caería la torre. Hoy los espacios efectivos de decisión están en la comisión política. Antes, todo venía cortado de arriba y daba lo mismo asistir a las reuniones. Plantear que hay que desarmar la directiva es un absurdo, porque si de algo ha servido esta crisis es para retomar el tema de la institucionalidad.

-¿Cómo se podrían integrar a las decisiones partidarias aquellos sectores que no pertenecen al bitarismo y el girardismo?

-Tras la elección, una persona que representaba a (Fernando) Flores era el diputado Rodrigo González. Ahora, a raíz de un proceso judicial él suspendió su vicepresidencia, y el Tribunal Supremo acogió la suspensión de su militancia. Así es que quedó fuera.

-¿Es posible abrirse paso en el PPD en medio de tanto caudillismo?

-Si tienes buenas ideas, sí. El PPD es bien abierto. Es cierto que los caudillos te ponen la pata encima y no te dejan avanzar. Pero en el partido los grupos son súper dinámicos, hay gente que se cambia de un sector a otro. Además, creo que los caudillismos y las máquinas están muriendo. Mira el caso del florismo, que se acabó con la salida de Flores. El resto no fue capaz de renunciar y eso da cuenta de la poca fuerza que tenía esa tendencia dentro del partido.

-¿Y el caudillismo de Guido Girardi?

-Girardi tiene un tipo de liderazgo en extinción, de la tropa que va a trocha y mocha con él, que no opina. Bitar es un poco más cargado a escuchar, sin ser totalmente abierto. Dentro del partido hay resabios de ese liderazgo que no tiene oídos, donde si no me siguen los buenos, chao… Hoy estamos ante algo diferente. Esto tiene que ver con escuchar, con ser empático con la gente y con no imponer ideas, sino con ser receptor del resto. Además, con que ante un problema determinado, el responsable dé explicaciones. A eso adhiero.

-¿Cuánto influyó la mesa en la suspensión de los diputados Laura Soto y Rodrigo González?

-El PPD tomó una decisión: suspender cuando el dirigente fuera formalizado y expulsar cuando sea declarado culpable. Ese es el camino que siempre he defendido. Y llega un momento en que hay que sopesar cuánto daño le puede estar causando uno al partido y, cuando se puede, liberar al partido para asumir la propia defensa.

-¿Los diputados se estaban escudando en el partido?

-Creo que no. Ni tampoco detrás del fuero, porque si existe, hay que usarlo. Yo siempre los vi dando la cara.

-¿Cómo han dañado la imagen del PPD los casos PGE y Publicam?

-Se ha dañado mucho y es complejo enfrentarlo. Por ello debemos trazar una política que revierta esa mala imagen.

-¿Cómo enfrentarán el desfile de estos parlamentarios ante los tribunales?

-Vamos a dejar que los acontecimientos decanten. Ellos dicen que son inocentes. Será la justicia la que tenga que comprobar si hay o no culpabilidad. Una cosa es lo comunicacional y otra lo que ocurre realmente. Por ejemplo, con el tema de los mails de Chiledeportes, quedamos como ladrones, aunque se comprobó después que no tuvimos que ver. Hay un primer impacto que cuesta mucho sacárselo de encima. Por lo tanto, debemos hacer un trabajo para cambiar esa imagen.

-Una de las críticas internas es que la mesa no ha definido cómo enfrentar este nuevo escenario ante la justicia.

-Es que no podemos judicializar la política, que es lo que la derecha ha intentado hacer con todas sus acusaciones. Es lo peor que puede pasar, ya que se inhiben los espacios de discusión política profunda. Eso es nefasto.

-¿Qué viabilidad le ve a la alianza entre los floristas y el laguismo?

-Es normal que se agrupen aquéllos que son más afines. He escuchado de reuniones entre Jorge Insunza y Francisco Vidal, pero eso no significa que hayan formado una unión. Como laguista, yo también me he reunido con Vidal. Si se reúnen para mejorar al PPD, bienvenidos mientras no se conviertan en grupos de poder nefastos, negativos y maquineros. Ese es el peor daño que Flores y (Jorge) Schaulsohn le hicieron al partido.

“EL CONSEJO GENERAL VA A REAFIRMAR LA INSTITUCIONALIDAD”

-¿Qué temas deben ser definidos en el Consejo General de marzo?

-Debemos retomar las propuestas del Consejo General anterior. Avanzar en la comisión de Gobierno, que va a definir que gente va a participar del Gobierno, y aterrizar el tope a las reelecciones, tanto a representantes populares como a nivel interno.

-¿Y sobre la crisis?

-Imagino que va a haber instancias para conversar sobre lo que ha ocurrido. Tenemos claro el momento que vive el partido, pero en ningún caso vamos a dar cabida para hablar de una crisis terminal que implique cambiar la mesa. Se podría plantear eso, pero esa idea no tendrá piso. Podemos discutir la crisis, pero la institucionalidad, lejos de vulnerarla, la vamos a reafirmar y profundizar.

-Ahora que el TS confirmó la expulsión de Jorge Schaulsohn, ¿qué le parece ese fallo?

-Inicialmente, postulé que Jorge Schaulsohn fuera pasado a la comisión de ética, posición que no fue avalada en la discusión de la comisión política, que decidió pasarlo al Tribunal Supremo. Jorge estiró el elástico con la intención de cortarlo. Creo que se sentía incómodo en el partido. Yo lo veo más cercano a (Andrés) Allamand que a nosotros. La gran contradicción es por qué no denunció esto (gastos reservados) en su momento. ¡Después de 10 años lo considera incorrecto y lo tira al aire sin conversarlo con nadie! Él tenía las instancias para conversar aquí adentro y no lo hizo. Eso es lo que más duele, que hizo política mediática.



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