Leal renunció a la presidencia de la Cámara de Diputados

La Nación
15.03.2007

Cumpliendo los plazos previstos, el diputado PPD Antonio Leal renunció a la presidencia de la Cámara Baja, cuestión que fue aceptada con los votos de la Concertación y los rechazos de los diputados de derecha, como una forma de protesta a los acuerdos de la Concertación que dejan a ese sector minoritario fuera de los cargos directivos.

Así, la renuncia de Leal fue aprobada por 51 votos favorables y 46 de rechazo, dejando el camino libre para que el próximo martes se vote al diputado DC Patricio Walker como el nuevo presidente, luego de que la DC acordara plantear su nombre para este período.

Leal destacó en su discurso de despedida que durante su presidencia se celebraron 131 sesiones de Sala con una asistencia promedio del 91,7%. “Discutimos cerca de 405 proyectos de ley y acuerdos aprobatorios de tratados internacionales. En tanto que las Comisiones Permanentes, Especiales e Investigadores realizaron 859 sesiones con un alto porcentaje de asistencia de los diputados”, apuntó.

Asimismo destacó la “capacidad de llegar acuerdos, asumiendo nuestras diferencias”, el avance en “la publicidad de las declaraciones de intereses y de patrimonio, así como con la completa integración al sistema de Chilecompras”.

En este sentido, leal dijo que “prácticamente la totalidad de los integrantes de esta Cámara han autorizado el levantamiento de sus dietas, sus declaraciones de patrimonio y de interés en el portal institucional, poniéndonos a la cabeza de las instituciones públicas en materia de transparencia, todo ello efectuado dentro del tiempo que fijó la ley que dictamos en el año 2005”.

También destacó la recuperación del edificio histórico del ex Congreso Nacional, que fue construido para el trabajo parlamentario, para que allí funcione, en su sede histórica -que es uno de los monumentos nacionales mas hermosos- la representación de la Cámara de Diputados en Santiago”.

El parlamentario enfatizó en sus palabras de despedida que “es urgente modernizar la política y los partidos políticos, salir de la autoreferencia que caracteriza sus debates, para ponerlos a la altura de las exigencias de la pos modernidad. Los partidos políticos deben abandonar la tentación de sustentar su acción en la lógicas puramente pragmáticas, en el populismo o en la utilización banal y efectista de los medios de comunicación”.

También dijo que es “necesario que el Parlamento escuche aún más a la sociedad civil e interactúe con ella. Una de las debilidades de nuestra democracia es la falta de canales de participación ciudadana”, recalcando que “debemos dar un paso mayor, me refiero a que es necesario establecer formas de consulta a la ciudadanía que vayan más allá de las encuestas sea a nivel nacional que regional y establecer además la iniciativa popular de Ley”.