lunes, 11 de diciembre de 2006

Schaulsohn desnuda las raíces de la corrupción concertacionista

El Mercurio

10.12.2006

"A partir de ese momento (la casi derrota de Lagos frente a Lavín) se hizo más patente la utilización de métodos non sancto para mantenernos en el poder".
"Esto involucró un ministerio, con toda una organización destinada a generar recursos por vías ilegítimas".
"No es verdad que los empresarios sólo dan plata a la derecha. En no pocos casos las grandes empresas les entregan más a los candidatos oficialistas y las campañas de nuestro lado son más millonarias".


El dos veces diputado, y en dos ocasiones presidente del PPD, Jorge Schaulsohn, tenía escrita una columna de opinión titulada "La ideología de la corrupción", cuando leyó en El Mercurio del domingo pasado la entrevista al ex ministro Edgardo Boeninger (DC). Así supo que por lo menos no estaba solo en su decisión de revelar el desvío de platas públicas de los programas sociales para uso del oficialismo.

Boeninger dijo que "desde el comienzo en la Concertación se pensó que, así como el dinero privado favorecía fundamentalmente a los partidos de derecha, no sería ilegítimo recibir financiamiento público a través de los recursos estatales para los programas sociales. Es una percepción profundamente equivocada y que facilitó conductas reprochables".

Pero el ex ministro no habló directamente de corrupción; describió los hechos como "generalización de prácticas indebidas, corruptelas crecientemente difundidas en el Estado".

-Señor Schaulsohn, ¿por qué llama a esto "ideología de la corrupción"?

-Edgardo dio en el clavo, pero, aunque coincidiendo con él, yo creo que se inventó una ideología para dar sustento y legitimidad a la utilización de los recursos públicos para fines políticos. Los hechos tienden a ser justificados a través de la idea de que se libra una lucha entre las fuerzas del "bien" (nosotros, por supuesto) y del "mal" (la oposición), y que si éstas llegaran a controlar el Poder Ejecutivo se produciría una especie de dictadura de los grupos económicos, que las apoyan. Entonces, conjurar "esta desgracia que podría caer sobre los destinos de Chile" justifica que la Concertación, que en teoría no tiene acceso a esos recursos privados, use los recursos públicos para nivelar el campo de juego y competir con igualdad.

"La mirada de la Concertación es bastante benigna a la utilización de fondos públicos con propósitos políticos, pero lo que no se acepta es el uso de fondos públicos para el enriquecimiento personal. Ésa es, según ella, la brecha ética. Pero no debiera haber distinción alguna. Primero, porque la tesis está construida sobre la base de un mito: no es verdad que los empresarios sólo dan plata a la derecha. En no pocos casos las grandes empresas les entregan más a los candidatos oficialistas y las campañas de nuestro lado son más millonarias".

-¿Entonces, la Concertación estaría en ventaja recibiendo ambos recursos?

-Uno podría mirarlo así... Lo pondría de la siguiente manera: al sector privado le gusta apostar a caballos ganadores e, incluyendo la elección que ganó Michelle Bachelet, no les cabía duda de que ganaría el caballo concertacionista. Además, siempre la fuerza que está en el gobierno tiene ventaja porque su intervención electoral es una herramienta muy poderosa. No requiere necesariamente del uso de recursos públicos porque el Ejecutivo utiliza su poder para controlar la agenda.

"Y hay que agregar otro factor, que también atenta contra la solidez de la teoría que hay que usar recursos públicos para contrarrestar el poder de la derecha: los diarios compiten, y si no tienen objetividad mínima garantizada, la gente les deja de creer y pierden potencia. El principal canal de TV es público, y no sólo existe gran competencia radial, sino que las de mayor sintonía son más pro Concertación. La prueba más evidente es que cumpliremos 20 años en el poder. No obstante, tal ideología sigue imperando".

-Entonces el acceso secreto a dineros fiscales le otorga ventaja adicional...

-Ésta puede ser la consecuencia, pero es inaceptable, confiera o no una ventaja. Esta ideología, que hay combatir, relativiza nuestro compromiso con la ética y la probidad públicas. He escuchado en los encuentros partidarios, y se dijo en La Moneda incluso en el último cónclave de los parlamentarios con la Presidenta, que "el uso de recursos públicos no es tan grave porque la derecha tiene toda la plata de los empresarios". ¡Lo que dice Boeninger está muy esparcido! No sienten que hacen algo malo, sino algo noble.

"Algo parecido ocurrió con el MOP-Gate. Se intentó decir que las ilegalidades que se cometieron para obtener recursos de las empresas privadas eran necesarias para poder desarrollar las concesiones, y que si no hubiese sido por eso, el país no habría tenido autopistas. Lo mismo que sin los sobresueldos no habríamos podido tener personal competente para enfrentar a las concesionarias con sus ejércitos de abogados bien pagados. Estas justificaciones son un misil contra los principios éticos fundamentales".

-¿El fin justifica los medios?

-Claro, porque al decir que la derecha no es democrática, que su triunfo significaría la dictadura de los poderes económicos, y que la única coalición que puede dar gobernabilidad es la Concertación, es como para justificar el derecho de usar todos los medios para impedir esa "tragedia". Y la verdad es que las cosas no son así. Yo no quiero ver a la oposición en el gobierno no porque crea que sería malo para Chile, sino porque no comparto sus ideas. Si no fuera así, querría decir que es una mentira la democracia que decimos que hemos construido.

-¿Cuánto daño le ha hecho ya este tema a la Concertación?

-En ningún momento fuimos capaces de hacer un "switch". Cuando la Concertación tomó el poder el año 90, era la única alternativa democrática. La oposición era tan poco competitiva que no teníamos necesidad de ninguna de estas marionetas. Todos sabíamos que el Presidente iba a ser Aylwin; que después sería Frei... Pero también todos creíamos que iba a ser Lagos y no Lavín, y nos desayunamos al sentir la respiración de la derecha en el cuello. A partir de ese momento se produjo un cambio en la Concertación porque nos dimos cuenta de que la oposición se pondría competitiva. Y empezamos a caer en este tipo de análisis...El evento gatillante

-¿Entonces esto no viene del primer gobierno concertacionista?

-No, porque la necesidad crea el órgano. Esta ideología comenzó después de la elección del Presidente Lagos, cuando la derecha nos mostró los dientes. No hay que olvidar que Lavín perdió la primera vuelta por 30 mil votos. Ése fue un gran shock que nunca imaginamos. Y lo mismo ocurrió en esta última elección presidencial. Hay que considerar que la derecha compitió con Bachelet cuando ese sector pasaba por su peor momento. Veníamos de salir de un gobierno evaluado como extraordinariamente exitoso, con una candidata carismática frente a una derecha dividida en plena campaña presidencial, ¡y así y todo Lavín y Piñera sumados nos ganaron en la primera vuelta! Nos dimos cuenta de que podíamos perder el poder y seguimos usando ciertos métodos para mantenernos en él.

"Pero el punto de inflexión es a partir del año 2000 porque nadie se soñó con un empate técnico Lagos-Lavín. Este fue, como dicen los gringos, el "triggering event", el evento gatillante".

-¿Y qué se hizo desde entonces?

-Puede ser que se hiciera desde antes, pero a partir de ese momento se hizo más patente la utilización de métodos non sancto para mantenernos en el poder. Esto involucró un ministerio, con toda una organización destinada a generar recursos por vías ilegítimas, presuntamente para esos fines "muy nobles". Allí está MOP-Gate, Chiledeportes, el mal uso de los recursos del Sence y del Indap; lo que hoy se conoce como intervencionismo electoral, el anuncio de programas del gobierno en plena época de elecciones; las inauguraciones de cosas no listas para funcionar bien y cuyos problemas tenemos que enfrentar después; el envío de proyectos de ley con propósitos estrictamente políticos a pocos días de la elección. Y la utilización de los recursos del Estado, de los créditos a los pequeños empresarios, a los agricultores.

-¿Y la ayuda a políticos?

-Existen muchas formas de ayudarlos. Una cosa es, como en los Planes de Generación de Empleo (PGE), donde se agarra plata y se les paga a personas para que trabajen por nuestros candidatos. Pero, también, que el candidato oficialista tenga la llave para solucionar rápidamente problemas en terreno. También lo hacen los alcaldes en ejercicio...

-¿Hubo una reunión madre donde se acordó esto?

-No creo. Estas cosas simplemente se van instalando sin que nadie tome una decisión premeditada. Se va creando un clima de legitimidad y se va corriendo la cerca en forma imperceptible. Creo que lo que está haciendo la Presidenta es volver la cerca al lugar de donde nunca debió haber salido.

-¿Hay un presupuesto dedicado a esto de los gastos reservados?

-No, porque, ahora, los gastos reservados están muy chiquititos y casi no hay margen. Pero el Estado reparte mucha plata, muchos subsidios, muchas pensiones de gracia, mucho crédito. Soluciona muchos problemas. El Poder Ejecutivo es el gran benefactor. Y en segundo lugar están los municipios. En momentos de elecciones son herramientas muy poderosas. Por eso se puede poner activistas a los candidatos (como estamos viendo en la V Región) o se puede hacer que los candidatos solucionen problemas que sus oponentes no pueden.

-Ya que existe la ideología, debe existir también un ideólogo...

-Creo que no hay un ideólogo, sí una actitud. Lo del MOP-Gate y sobresueldos hizo mucho daño porque nuestra actitud fue justificarlos. Esta actitud complaciente empezó a partir del caso MOP-Gate y todo lo que se supo después.

-¿Cómo explica que Ricardo Lagos, quien fue ministro de esa cartera, saliera con los mejores índices de aceptación?

-La opinión pública hace un distingo entre las personas de cuya probidad no tiene duda y los conglomerados, a los cuales castiga. Por eso Lagos y Bachelet se sitúan mucho mejor que los partidos de la Concertación. Como yo lo veo: Lagos fue traicionado por funcionarios de confianza bajo su administración. Desde ese punto de vista, lo considero una víctima. Nadie puede poner en duda su estatura moral y probidad. Cuando la derecha le exige que hable, quiere arrastrarlo al pozo séptico de la corrupción y entiendo perfectamente que se rehúse. Como hombre inteligente no tiene por qué pisar el palito. Pero es totalmente legítimo: la oposición se pasaría de tonta si no aprovechara de hacer un gol si tiene la pelota dando botes en el área chica.

-¿Por qué no había dicho esto antes?

-Las cosas encuentran a veces su canal de expresión. El tema se puso con mucha fuerza ahora. Lo hemos conversado y discutido a alto nivel al interior de la Concertación. Mucha gente en ella tiene una visión muy crítica de esto, mientras otros relativizan un poco más. Creo que nadie está de acuerdo con que este sistema continúe. Hay conciencia en que debemos ser los primeros en defender la probidad. El mensaje que entrega la Presidenta es decisivo. Por lo tanto, creo que éste será parte de su legado.

-¿Cómo se explica que el análisis de Boeninger no haya tenido eco masivo?

-Ha tenido mucho. A lo mejor la gente no corrió al diario, pero caló muy hondo. Porque Edgardo articuló y sistematizó verdades, y reforzó la convicción de que esto no puede seguir.

EN LOS DOS PRIMEROS GOBIERNOS:

"Los partidos recibían aportes directos del Ejecutivo"

-¿El dinero fiscal ha sido vital para la supervivencia de los partidos de la Concertación?

-Sí. Y ha habido dos etapas. Una, al inicio de la Concertación -cuando todavía los fondos reservados eran muy cuantiosos-, en que los partidos recibían aportes directos del Ejecutivo. Y después la etapa actual, que es mucho más transparente con el financiamiento público, en que candidatos y partidos reciben recursos en función de los votos que obtienen. La primera etapa era más a la chilena porque no había reglas, pero sí recursos. Pero eso terminó cuando los gastos reservados fueron reducidos al mínimo en el llamado acuerdo Lagos-Longueira.

-¿Cuál era antes el sistema?

-Había una asignación que recibían los partidos, que servía para pagar la luz...

-¿No les daba asco sacarla del gasto social?

-Es que al final el presupuesto público es uno solo. Son tan repudiables los casos de los programas de empleo en la V Región y de Chiledeportes porque le sacan dineros a los más débiles. Inventar un programa para que alguien se quede con la plata no tiene perdón de Dios porque le mete la mano al bolsillo al que menos tiene. Lo mismo sacar plata de un plan para darle empleo a la gente.

CASO GUILLERMO DÍAZ: "En Chile a todo el mundo hay que sacarlo con fórceps, nadie se va"

-¿El sistema se desbocó y la plata llegó a los bolsillos de los políticos?

-En el caso de Chiledeportes, aparentemente es sí. Habría algo de eso en el caso de Guillermo Díaz.

-¿Qué le parece que casi siempre que un alto funcionario es procesado la Concertación le expresa su solidaridad?

-Adquiere la condición de héroe, recibiendo apoyos y felicitaciones junto al peregrinaje de sus amigos, adherentes y autoridades hacia los centros de detención. En el caso MOP-Gate, muchos aparecieron como víctimas "por haber querido servir mejor a la patria".

Mucha gente se sintió identificada con ellos bajo la premisa de que no había habido enriquecimiento personal. Que era por un fin noble lo que se había hecho, siendo ilegal, o ilegítimo desde el punto de vista del derecho público. Esto contribuyó a debilitar el compromiso con la ética.

-¿Qué le parece que la renuncia de Díaz se produjera sólo después que la justicia ratificara su procesamiento por fraude al fisco?

-En EE.UU. y Europa los líderes de opinión sufren sanción inmediata cuando incurren en conductas claramente reñidas con la ética. Pero en Chile existe la teoría de que tenemos que esperar que se produzca un fallo judicial mediante sentencia ejecutoriada inapelable. Aún más, que no ha pasado nada si se logra invocar exitosamente la prescripción. En Chile a todo el mundo hay que sacarlo con fórceps, nadie se va. También esto tiene que ver con la dignidad personal.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Ahora que le bajamos el perfil al tema de los "legítimos" recortes de las reparticiones públicas.
¿Donde se inscribe uno para ser parte de la maquinita?

Porque parece que el dinero "bien habido" de nuestros líderes, retirado del erario público, sólo está llegando a un selecto grupo y no a todos nosotros.