CARTA ABIERTA DE UN ADULTO MAYOR A LA MILITANCIA PPD
Compañeros y Compañeras; soy un militante de 68 años, fundador del PPD y les escribo para compartir mi visión de la crisis que vive mi querido partido.
Para el golpe militar del 73, yo tenía 35 años, una bella familia y muchos sueños. Sufrí, como varios de ustedes, prisión arbitraria y torturas. Algunos de mis amigos y compañeros de trabajo fueron asesinados. Viví la cesantía y el atropello patronal, ví como muchos líderes sociales, sindicales y políticos fueron perseguidos, relegados y exiliados. Ví como la dignidad del pueblo al que pertenezco fue pisoteada. Muchas veces tuve miedo, tristeza y frustración por no ser dueño y constructor de mi propio destino.
Poco a poco, en medio de la noche, a fuerza de protestas populares, de alianzas democráticas y de la creación del PPD, el Sol salió para todos y dibujo en el cielo el arco iris de la Concertación de Partidos por la Democracia. En esa época, nuestras fuerzas se unieron, no sólo para derrotar al dictador, sino, principalmente, para conquistar la Democracia, que ha mis 50 años, me llenó de esperanza y fortaleza para mirar el futuro con dignidad y confianza.
La alegría llegó, porque el 5 de Octubre de 1988 la historia no fue escrita por los poderosos ni por las oligarquías; la historia la escribimos los desamparados, los sin voz, el mundo popular; y el PPD era en ese momento un partido con una clara opción por los mas pobres.
Ese triunfo nos hizo poderosos y elegimos a nuestros representantes en elecciones libres e informadas. Aquellos dirigentes nos respetaban, porque entendían que el poder era nuestro, del pueblo, y sólo se los traspasábamos para fortalecer a las instituciones y a la Democracia. Hoy, creo que algunos de nuestros dirigentes han mal usado este poder; ya no es importante el interés colectivo, sino, los proyectos individuales.
Amigas y Amigos, esta crisis es también culpa nuestra, de los militantes de base. Fuimos nosotros quienes aceptamos las eternas reelecciones en los cargos de elección popular, aceptamos la sillita musical en los cargos de gobierno, no capacitamos a nuestros militantes en aspectos políticos ni técnicos, aceptamos la existencia de padrones “inflados y sucios”, aceptamos el acarreo y las plantillas, entre otros vicios.
El PPD, en algún momento de su historia, optó por tener mas cargos y mas votos, en desmedro de una estructura y organización interna de calidad. El PPD en algún momento de su historia optó por las decisiones cupulares en desmedro del agotador y desgastante proceso de consultar a las bases ignorantes sobre los temas del poder: hoy estamos pagando esos costos.
Hoy tenemos la oportunidad de efectuar cambios. Mi experiencia me indica que nunca es tarde para enmendar el rumbo
Soy un viejo, un Adulto Mayor, como se dice ahora, que ha encontrado espacio y respeto en este partido, ¿por qué no podemos proyectar ese respeto y valoración al resto de la sociedad nacional?
No discutamos quien se va o quien se queda, hoy todos hacemos falta. Discutamos los valores que nos orientan, definamos que contenidos tendrán las políticas públicas de los próximos años de nuestras vidas y la de nuestra descendencia.
Nacimos como un partido popular, un partido que respetaba los Derechos Humanos y la Democracia; por tanto, no podemos olvidar nuestras raíces, debemos imprimir mayores grados de solidaridad en la acción de nuestros militantes y dirigentes. El PPD debe promover mayores grados de participación en todos los niveles de la sociedad, traspasando a las mayorías la capacidad de tomar decisiones sobre su propia vida.
Debemos reencontrarnos con nuestro ser político: ser un partido de ciudadanos que defiende a los débiles de los poderosos, que reacciona frente a la injusticia, que tiene opinión frente a los temas valóricos y también frente a los temas cotidianos.
El PPD debe enarbolar la bandera de los Derechos Civiles y del Desarrollo Humano, que son la base del concepto de dignidad humana moderna. Igualdad, Libertad y Fraternidad, son valores necesarios en la construcción de nuestro país y que hoy se expresan en Equidad, Democracia y Solidaridad.
Para emprender esta tarea, el PPD debe tener LA FRENTE EN ALTO Y LAS MANOS LIMPIAS.
Así mismo, el gobierno debe escuchar a la gente, no sólo a través de las encuestas de opinión. También debe ser capaz de entender que los ciudadanos somos los que mandatamos a los dirigentes y no viceversa.
Como dijo el compañero Lagos: ahora es cuando, el tiempo es hoy. Los dirigentes y los militantes debemos estar a la altura de las circunstancias. Tenemos una responsabilidad histórica con Chile.
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