La Nación
28.12.2006
Desde el PS y la DC arreciaron los cuestionamientos a la determinación del martes del PPD de expulsar al ex diputado Jorge Schaulsohn, tras las sostenidas denuncias que éste realizó respecto de una supuesta ideología de la corrupción en la multipartidaria concertacionista. Pese a las críticas que hubo en el oficialismo a la seguidilla de confesiones públicas de este dirigente y otros, como Gonzalo Martner, sobre el uso de gastos reservados con fines proselitistas, la decisión de marginarlo de la colectividad es considerada excesiva y contraproducente por la falange y el socialismo, colectividades que atribuyen la crisis en el partido a la naturaleza utilitarista de la tienda fundada por el ex Presidente Ricardo Lagos.
A esto se suman las cuentas pendientes que para sus socios adeuda el PPD: los socialistas siempre esperaron que la colectividad retornara a su caudal original en la línea de izquierda, transformándose en una vertiente más del PS, mientras que en las filas lideradas por la senadora Soledad Alvear el conglomerado pepedeísta es considerado como el peor enemigo dentro del pacto, algo que se hizo evidente tras la provocación que fue para el otrora titular de Interior, Andrés Zaldívar, la candidatura del senador Guido Girardi por la circunscripción Santiago Poniente. Electoralmente, las huestes lideradas por Sergio Bitar han crecido a costa de la Democracia Cristiana.
De ahí la arremetida del resto de los partidos del bloque gobernante contra el PPD. Para el senador DC Jorge Pizarro, la sanción impuesta a Schaulsohn constituye “un error político mayúsculo”, ya que en lugar de aclarar las denuncias se refrenda la teoría de la derecha en torno a que el abogado es una “víctima”, lo cual deja “mal parada” a toda la Concertación.
“Creo que con expulsar a Schaulsohn sólo lograron hacer estallar una bomba de racimo, cuyos efectos son incalculables”, comentó el legislador alvearista. Agregó que el episodio Schaulsohn está lejos de cerrarse y que incluso se generó un nuevo cuadro de “incertidumbre”.
Según el senador socialista Alejandro Navarro, la opción de relegar a Schaulsohn -que en 2004 postuló a la alcaldía capitalina- se asemeja a la reacción que tienen las administraciones autoritarias. “Es curioso que pasen estas cosas luego de la muerte de Pinochet, a quien combatimos durante tantos años para defender el derecho de todos los chilenos a pensar y expresarse de manera libre. (Pinochet) nos heredó una lógica de eliminación del adversario, de la intolerancia, del temor al debate y a la diferencia, una lógica a la que muchos en la Concertación no han sido inmunes”, adujo.
El diputado “díscolo” del PS Marco Enríquez-Ominami agregó que hay un “grupo de censuradores” en la Concertación y evaluó como una “aberración” la medida del Tribunal Supremo.
En la derecha, donde Schaulsohn es considerado una especie de símbolo de respaldo a sus denuncias de intervención electoral, la determinación del PPD fue calificada como muestra de intolerancia. El timonel de RN, Carlos Larraín, sentenció que el socio del senador Andrés Allamand “se ha rebelado contra una especie de ambiente interno en el PPD, que quiere reprimir cualquier seña de discrepancia y que quiere alinearlos en un sentido siciliano y Schaulsohn no pertenece a la mafia siciliana. Se para en sus pies y no vive de la política”. Indicó que por esta condición superior a la de sus ex correligionarios Schaulsohn fue marginado por la cúpula pepedeísta.
El senador RN Alberto Espina acotó que la Concertación “está cavando su propia tumba” y expuso que “hay partidos políticos en la Concertación, y particularmente en el caso del PPD, que a la gente honesta la expulsan; y guardan silencio y no les hacen nada a los que están involucrados en los casos de corrupción”, en alusión a la situación de Guido Girardi.
En la UDI, si bien se ha exaltado la valentía de Schaulsohn, existe temor por el “endiosamiento” de la figura concertacionista y por la “contaminación” que esto podría significar a su calidad de testigo en la denuncia que presentó la Alianza para investigar el eventual desvío de recursos fiscales a partidos y campañas.
El portavoz de la UDI, Darío Paya, más que apoyar a Schaulsohn se dedicó a atacar la actitud gubernamental frente a la situación del otrora timonel PPD. Aseguró que se está ante un “cae quien habla”, coordinado desde el palacio presidencial, en lo que, durante toda esta semana, ha denominado la “operación silencio”. LN
jueves, 28 de diciembre de 2006
Caso Schaulsohn genera solidaridad en la Concertación y críticas de la derecha
Etiquetas:
Política Interna en Prensa nacional
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