Senador Gazmuri (PS):
"Hay una cierta incertidumbre... de si no estaremos en la fase final de la Concertación"
"Veo incomodidad de la DC en la Concertación", dice el senador, quien admite que "puede que existan tentaciones de momentos, incluso de grupos" de ese partido de dar un giro a la derecha.
"El momento más crítico de los últimos años". Así califica el senador PS, Jaime Gazmuri, la situación que atraviesa la Concertación, luego de las fuertes descalificaciones en que han caído socialistas y decés, especialmente la semana pasada en la Cámara.
Y aunque el parlamentario dista mucho de ser tremendista, reconoce que hay muchos que se preguntan -sin querer confesarlo- si el bloque oficialista no entró en una etapa terminal.Para sembrar esa inquietud, lamenta, han colaborado en buena medida sus propios compañeros de partido.
-¿La agresividad de la semana pasada entre los diputados de la Concertación denota que la coalición no da más?
-Hay un cierto deterioro de la visión de empresa común, de los afectos mutuos.
Me preocupa una tendencia al exceso verbal de una parte y otra. Por hacerme cargo de los de este lado, decir que los DC son camaleones es completamente contradictorio con un partido que afirma y cree profundamente que la alianza con la DC es estratégica.
La principal lección del gobierno de Allende es que sin grandes mayorías no hay gobernabilidad. Ese es un síntoma preocupante, no hay que disminuir su gravedad. Tenemos que hacer un esfuerzo muy sólido y fuerte de regeneración y refundación de la Concertación.
El compromiso con el éxito del gobierno es de todos. Por tanto, se trata de ordenar agenda y tengo la impresión que se han generado condiciones para eso.
-Este es al menos el tercer enfrentamiento entre DC y PS este año; ya hubo un intento de ordenar la agenda para superar el problema y no dio resultado.
-Bueno, hay que profundizar eso, porque la agenda es muy potente. Pero no todo se resuelve con el gobierno, porque lo que la Concertación necesita es un proceso de profunda renovación, de refundación, mirando no sólo a este gobierno, sino hacia adelante, contestándonos la pregunta de si queremos seguir juntos más allá del gobierno de Bachelet. Para hacer cosas en Chile más allá del 2010. Y ése no es un tema de gobierno, es un tema de la agenda de los partidos.
Y el gran tema de los partidos es si vamos a ser capaces de caminar con dos pies, uno en el gobierno y otro en la reconstrucción de la Concertación como una alianza de largo plazo, porque eso es lo que mucha gente ve en cuestión. Cuando la gente ve nuestra pequeña pelea intestina, las malas palabras, los desafectos, se pregunta hasta cuándo estos señores y señoras van a seguir juntos, qué futuro nos ofrecen.
-Algunos, como el senador Pizarro, sostienen que así como están las cosas no llegan al 2010.
-En los momentos más complejos se dijeron muchas cosas, pero me consta que Pizarro trabaja activamente para que nos proyectemos más allá del 2010, no tengo dudas de su vocación concertacionista.
-Hay algunos que no están trabajando tan activamente para proyectar la Concertación.
-Evidente, pero aquí tenemos que juntarnos quienes sí trabajamos activamente. Ya no nos basta con la inercia, eso significa que tenemos que generar espacios de debate, de sinceramiento, volver a la matriz inicial de la Concertación, que no fue sólo un entendimiento de cúpulas políticas sino básicamente una articulación de partidos y movimientos ciudadanos. Los partidos hemos perdido el cable a tierra que da una vinculación más directa con las organizaciones sociales, el mundo de la cultura, la juventud, el sindicalismo, el ambientalismo. Tenemos que hacer un proceso muy fuerte de reconstrucción política de los partidos y de la alianza, en paralelo con la agenda de gobierno.
-¿Por qué perdieron el cable a tierra?
-Demasiado gobierno, demasiado poder y poca sociedad, ése es el problema.
-¿Hay voluntad de perseverar en esta coalición política?
-En lo fundamental, sí, pero no dejo de advertir voces disonantes. Cuando alguien dice que somos una alianza circunstancial está poniendo una duda sobre este futuro. Hay un cierto enrarecimiento del clima en las alturas, habría que hacer una especie de machitún y tratar de expulsar los malos espíritus y volver a congregarnos en las tareas que nos unieron hace veinte años. Todavía tenemos importantes tareas que hacer, que van a demorar más de los tres años que le quedan al gobierno de Bachelet.
-Adolfo Zaldívar habló de "aliados circunstanciales", diputados DC conformaron un Frente por la Vida con la oposición y su abstención le dio a la Alianza la presidencia de la comisión de Chiledeportes. ¿No es una señal de que parte de la DC está girando hacia la derecha?
-No. Veo que hay incomodidad en la Concertación, pero no veo proyectos alternativos sólidos. Puede haber tentaciones de momentos, de personas, incluso de grupos, pero no creo que eso tenga mucho destino. La DC en su mayoría está por un proyecto de sociedad muy parecido al de los socialistas, sin perjuicio de que en algunas áreas tenemos diferencias, como la "agenda valórica". Pero esas diferencias han formado parte de nuestra constitución desde el comienzo, el punto es cómo las tratamos, no como las eliminamos.
-¿El Frente por la Vida no es una señal de alerta?
-Las señales de alerta no sólo vienen de la DC. En nuestras filas también hay voces que no conducen a dar certeza sobre la voluntad de seguir en un frente común.
-¿Como la presentación del proyecto de despenalización del aborto?
-Sí, se puede discutir la oportunidad, pero no podemos callar completamente las diferencias. En una sociedad democrática todos los temas se debaten, también a veces hay proyectos de la DC que han sido inconsultos con nosotros, eso está bien. Advierto muy severamente que los partidos tenemos una responsabilidad ineludible en la refundación de la Concertación post-bicentenario. Y eso tenemos que empezar a construirlo ahora. La dificultad es que tenemos que hacerlo junto con que el país nos exige que gobernemos bien. Pero al mismo tiempo tenemos que hacer lo otro, porque el clima y la cierta desazón y desorientación que hay entre nuestras propias bases tiene que ver con que se ha instalado una cierta incertidumbre entre nosotros mismos, que casi nadie se atreve a confesar, de si no estaremos en la fase final de la Concertación. Eso hay que responderlo, hay que tomar el toro por las astas y no eludir ningún tema.
-¿Hay que discutir eso ahora?
-Ahora, porque los efectos negativos de las incertidumbres del futuro están resintiendo la tarea principal. La gente me dice, incluso en el partido, "pero Jaime, si la principal tarea nuestra es gobernar bien", pero incluso para gobernar bien este aspecto no lo podemos dejar de lado, porque los síntomas son lo suficientemente inquietantes. Hay que darles atención, es política, tenemos que abrir el debate. Y hay gente que le teme al debate...
-¿Qué pasa con el caso de Marco Enríquez-Ominami? ¿Era oportuno que presentara el proyecto de despenalización del aborto?
-Oportuno, no, pero legítimo, sí. Lo que no se puede hacer en democracia es restringir el debate. Ahora, cuando uno es político, como también lo es Marco, junto con la plena libertad de plantear temas tiene que haber un criterio de responsabilidad de la oportunidad y no fue oportuno.
-¿Cuándo sería oportuno, en ningún momento del gobierno de Bachelet?
-No, hay diferentes maneras de plantear los temas. No estoy porque digamos que tenemos temas tabú y que ésa sea la condición de la Concertación. En los temas de futuro tiene que existir un acuerdo de cómo tratar nuestras discrepancias. Pero no en la coyuntura, porque si no, nos vamos a quedar en los puros temas de oportunidad.
-¿Es partidario de aplicar medidas disciplinarias en contra de Enríquez-Ominami?
-No, lo que tenemos que exigir en una coalición, sobre todo en el Parlamento, es disciplina en el voto, no en la opinión. Y tengo la impresión de que Enríquez-Ominami siempre vota con la Concertación.Lo que debemos hacer en el PS es mejorar nuestro debate interno, la dirección no puede ser sólo disciplina, sino también dialogar y crear acuerdos.
-¿Ha sido dialogante la mesa del PS?
-Tenemos mucho que mejorar en nuestra forma de dirigir el PS y los otros partidos.
-Una de las críticas que se ha hecho en esta crisis es que ha faltado liderazgo de los presidentes de partido.
-Han hecho esfuerzos, pero se necesita más.
"Si uno rinde mal, se paga"
"Hay hechos de corrupción que son graves", dice Gazmuri. Pero, agrega, "ha quedado de manifiesto un fenómeno distinto: el clientelismo, una vieja práctica, que como Concertación no hemos sido capaces de eliminar. Y se suma el hecho de que se produce desprolijidad, liviandad, irregularidades menores y esta idea de la impunidad de los que detentan situaciones de poder".
-¿Que pueden hacer cualquier cosa sin que les pase nada?
-Claro, porque piensan que no son tan graves.
-¿Ese sería el caso de Girardi?
-Tengo la impresión de que sí. Ahí no hay corrupción, está cobrando al Estado dineros que creo se gastaron en la campaña. Pero se está rindiendo mal y, si uno rinde mal, eso se paga, en la justicia, en la opinión pública.
fuente La Segunda
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